Dicen que en el fútbol nada es estadístico, que la justicia a veces desaparece y que un día en el que haces (casi) todo bien, puedes terminar triste e impotente. Sobre todo, cuando la moneda cae del otro lado.
El Club Deportivo Bala Azul Hospital del Guadalentín cayó derrotado en el siempre complicado Mayayo ante el UCAM Murcia ‘B’, uno de los equipos metidos de lleno en la lucha por los puestos de playoff. El Bala, que llegaba en buena dinámica y repleto de confianza tenía mucho que decir en el feudo universitario. Cabe destacar que nuestro guardameta Emilio se lesionó en el calentamiento y eso, sumado a la lesión de larga duración de Javi Páramo, hizo que Santiago Correas, juvenil de segundo año, disputara el encuentro completo dejando un gran sabor de boca.
El encuentro comenzó como siempre empiezan estos partidos. Un bala bien plantado y un filial que con posesiones estériles esperaba a que el balón llegara a banda derecha donde el exterior Xente hacía y deshacía a su antojo con conducciones de fuera hacia dentro propias de categoría superior. Por su parte, los chicos de David Cano tenían el guion bien aprendido y, pese a que los universitarios bajaron descaradamente el bloque, conscientes del sufrimiento que les podían causar nuestros atacantes en duelos y en segundas jugadas, la calma y tranquilidad en salida de balón hizo que comenzaran a llegar las ocasiones por parte de nuestros tiburones.
Cada duelo entre centrales universitarios y atacantes tiburones tenían claros ganadores y así, Ferni se plantó casi solo y, tras escorarse conectó un disparo que se fue besando el palo. La más clara de la primera parte llegó en una carrera de Loren que se plantó completamente solo ante Fernando y definió ajustado, volviendo a marcharse el balón desviado por milímetros.
El Bala castigaba en cada situación mientras que el UCAM B seguía buscando a Xente, sin obviar la gran calidad que tenían el resto de jugadores, pero lo diferencial estaba en esa banda derecha, junto a Carbonell, que también dejó detalles de su inmensa calidad.
Llegamos al tiempo de descanso con la sensación de que el Bala había sido superior y que no pudo materializar las ocasiones.
En la segunda mitad todo se igualó más. El filial universitario encontró por donde dañar al equipo con centros laterales y colgó tres o cuatro casi consecutivos que hicieron temblar los cimientos defensivos del Bala. En uno de esos, Darío Marcos cogió la espalda de un zaguero y remató sin oposición para batir a Santiago que poco pudo hacer.
Tras el gol, el Bala Azul volvió a dar un paso adelante y gozó de la ocasión más clara del partido. Una doble ocasión que acabó en los pies de Josema, que conectó un disparo que cogió dirección a portería y ante el que Fernando sacó una mano prodigiosa que rozó lo justo para desviar el balón al palo.
Los de David Cano siguieron intentándolo de todas las formas posibles ante un filial universitario que no le perdía la cara el partido. Finalmente, sin tiempo para mucho más, el colegiado decretó el final del encuentro con victoria para los locales y la sensación de que el marcador no era acorde al partido, pero así es el fútbol.
La próxima semana tenemos la oportunidad de revertir la situación en Santomera. ¡Vamos Bala!